En el vídeo de Jorge Lorenzo, nos muestra su mansión durante un recorrido de 10'. En él vemos los 1.200 metros cuadrados distribuidos en habitaciones, baños, sala de juegos, jacuzzis, gimnasio, sala de fiestas, ... Es más, imitando a Berlusconi, podemos ver chicas en bikini que están tomando el sol mientras él nos dirige por su palacete.
En ese momento, no pude evitar sentir asco ante tanta obscenidad en unos momentos en los que tantas personas están sufriendo desahucios y problemas laborales. Esa repugnancia que me causó la figura del motorista, por su falta de ética y moralidad respecto al mundo que le rodea, a partir de ahora se me repetirá cada vez que vea a Jorge Lorenzo por la televisión.
Pero no todos los motoristas son iguales. Por ello os quiero mostrar algo para dejaros mejor sabor de boca, se trata de la Organización Humanitaria de MotoGP, Riders for Health (Motos Solidarias) que sigue con sus proyectos solidarios tras más de dos décadas desde que iniciara su labor de salvar vidas en las regiones más empobrecidas de África.
En el enlace veréis más información y podréis comprobar que el hecho de ser un campeón sobre la pista de carreras no te hace un campeón en la carrera de la vida.
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