El pasado 11 de septiembre empecé el curso escolar con una entrada en la que os deseaba buena suerte y, para animaros, os incluía tres presentaciones de Ken Robinson.
Hoy, quizá espoleado al saber que entre el PSOE, PP y CiU llevamos 7 leyes de educación en 30 años mientras que los alemanes van 'a la cola' con una ley de educación del siglo XIX, he decidido presentaros la historia de Albert Camus y su maestro. Una historia que va pasando de un blog a otro por su interés. Pero si el blog original nos presentaba esta relación entre maestro y discípulo, también os mostraré el comentario de 'Pseudopodo' que acaba recomendándonos que: Nuestros alumnos quizá estén un poco más anestesiados por la
estupidez ambiente, pero sin duda hay entre ellos muchos pequeños
Albert. Cuando detectemos el resplandor de una cara que aprende, no lo
dejemos pasar. Tiremos a la basura la programación docente y los
objetivos operativos. Vayamos a su encuentro...
Aquí va.
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