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miércoles, 22 de junio de 2022

‘El vaquero sin agua en la cantimplora’ de Rafael Espinosa (Ed. Liliputienses, 2018)

 Reseña publicada en la revista Poémame el 25 de mayo de 2020


Rafael Espinosa (Lima, Perú, 1962) ha publicado once colecciones de poesía con la que reseñamos hoy, El vaquero sin agua en la cantimplora, publicada en España por Ediciones Liliputienses en abril de 2018.

Gracias a esta editorial estamos conociendo la poesía peruana de estos últimos años. Una poesía que nos ha sorprendido  no solamente por su juventud y vitalidad sino también por sus poetas Rafael Espinosa o Kevin Castro.

Un poemario con un titulo singular, poco habitual que sorprende y descoloca al lector.

Afuera ocurre literalmente todo.
Lo menos ruidoso es el agujero 
de ozono recibiendo el alma
de David Bowie. Quien decide
respirar debe atenerse al destino
de un bombardero, ver gente muerta
convirtiéndose en hongos alucinógenos
y agradecer con un altar de escombros
descubrir juntos la náusea y la piedad.
Adentro hay una mezcladora de cemento
y adentro habito yo. Pero llegó
borracho mi hijo, que anda sin trabajo
y pasa las noches en discotecas de ambiente,
y me pidió guardar silencio, ser un amante
en su sueño. Pensando que la vida
es real, me puse a dibujar ciruelas
en este cuaderno. Sería hermoso
comerlas o acomodarlas con cuidado
en una canasta. No tengo a quién
regalársela, si la compasión es irreal.

Gorros de mapache

Un poema que nos ha recordado poemas de Turtle Island, poemario mítico del poeta beat norteamericano Gary Snyder, del cual ya nos hemos referido en estas mismas páginas.

Espinosa, ya en su primer poema ‘Un caballo árabe‘ nos indica el origen de su escritura: hago poemas de la descomposición.

Un vaquero sin agua en su cantimplora es como un gran paraguas poético del que cuelgan poemas que plantean preguntas de sus varillas:

¿En realidad distingues entre

un pensamiento y segregar cera?

¿En serio crees que los viejos aman

y el perdón no nace

de ser insaciables en el sexo?

Las importaciones

¿Por qué no te conviertes en el traductor de las flores?

Agricultura de terraza

¿Por qué los árboles no proyectan una arrogancia vertical

cuando a las claras no son seres horizontales?

Transpuesto (Homenaje a Robert Hass)

En este último poema que hemos citado, “Transpuesto (Homenaje a Robert Hass)”, Espinosa confiesa:

Yo miraba los árboles como se mira a las personas,

con reproche, creyéndose en secreto mejor, con ternura

y ganas de tocarlos; yo miraba su presente,

lleno de estrategias de flores y comunidades que quieren vivir,

como un hombre con mala fortuna …

¿Quién es Robert Hass?

Robert Hass es un poeta estadounidense nacido en San Francisco, California que en los años 50 estuvo en la órbita de los poetas beat Gary Snyder y Allen Ginsberg.

Un vaquero sin agua en su cantimplora es un poemario que no te deja escapar. Entre sus páginas, el poeta observa, retrata su realidad y toca todo lo que tiene a su alrededor.

… Es

como si me echaran de mi vida

pero no de mi mirada. Puedo discernir, puedo

sentir cómo la soledad toca unas facciones

mejor que un ciego y ver que las quemas de basura

peregrinan en dirección a la costa.

Felicidad del notario

Antes de finalizar, no podemos dejar de destacar que la mayoría de los poemas guarda una fuerte influencia estadounidense en contenido y estilo.

Compradlo y leedlo. Este poemario es una muestra más de esa lucha de David contra Goliat que lleva a cabo José M. Cumbreño a favor de la poesía desde su editorial Liliputienses.

No tengo que cubrirme de sangre 
para seducir al oráculo.
Conozco los secretos. 
En el pasado demoler,
en el presente dispersar,
en el futuro morir
junto a otro hombre que agoniza
bajo un arte de tubos.
Es fácil. Solo necesitas 
contar hasta tres. Y
ciertos días de pestañas terráqueas 
también conozco una ruta
de la piedad extendida 
entre Jr. Lampa y Jr. Torrico.
Está llena de piojos sacros y pordioseros:
toxicómanos, quemados, cojos
e invidentes que nunca aprendieron 
la virtud de contemplar.
Aun así hay veces que como un hurón, 
un pez-cueva o un ácaro que sueña, 
quisiera tener mala vista.
Pese a todo, los hombres trabajan
por la visibilidad. Se iluminan 
las playas 400 m aguas adentro,
se fotografían las estrellas
que colapsaron hace más tiempo
y los sentimientos toman en los monitores 
figuras de rosa o copa.
No importa la piedad, 
se trata de desaparecer la penumbra
para que pasee un miembro fantasma.
Es difícil tomar aire de esa manera.
Es difícil contar hasta tres 
y más difícil que dos se amen. Miro perplejo.
Como un rencor, la primavera
se va y reaparece, algunas parejas 
derrotan al cáncer y la dulzura
de la hierba deja el pie tumefacto.

ESTILOS DE LAS CATEDRALES

Es enternecedor por las abejas
y su música evangélica
pero al cabo resulta tonto
alegrarse porque se incrementaron
las ventas de miel al extranjero.

¿En verdad crees que valga la pena
otra hiperproductividad que la del sexo?

Yo lo veo así. La vida es como una interminable helada y un deshielo breve,
donde se pasa del bloqueo creativo a los pensamientos y la idea voladora
siempre se dirige a acariciar otra anatomía.

Entonces nacen los sentimientos, 
semejantes a escuchas telefónicas 
donde espiamos al mundo:
sentimos a los árboles ser derribados,
los sentimos caer sobre las poblaciones
como bombas de racimo 
y al viento guardar esos infantes.

Puede ser terrible esperar al cuerpo
a tocar sin descanso. Hace frío
y podemos refugiarnos en cualquier vertedero,
hasta confundirnos con papelería.
El juego de la orquídea y la abeja
por multiplicar las plantas epífitas 
no nos despertará.

A mí me ocurrió que aguardando
arrojé tantos guijarros por los farallones
que terminé por hacer una vida.
Mientras, Pietro se camuflaba 
tras la oferta respiratoria 
soñando con los muslos de los corredores
sudorosos en los parques.

¿En realidad distingues entre
un pensamiento y segregar cera?

¿En serio crees que los viejos aman
y el perdón no nace 
de ser insaciables en el sexo?

Un poema y su lector son insaciables.

LAS IMPORTACIONES

Una idea es opcional. Crecen
en nuestro interior estupores de un viaje relámpago
solo rara vez capaces de producir forma.
Lo que sí generan es a la vez melancolía y lujuria,
porque les gustan los chistes, las sombras,
además de ira y odio.
Ni las plantas carnívoras, con sus miles de receptores 
para capturar moscas, atrapan entonces en el aire mejor un humano.
Y cuando sufrimos, sin saber qué virtud aplastamos, nuestro cuerpo
pesa más que un contenedor de celos llorosos.

Una idea es opcional. Por ejemplo
la idea de ser peruano
o de que los peruanos somos lo que comemos y excretamos
luego de haber practicado en las mesas la integración social (¡?)
con cerveza producida en casa. 
Cuando murió Fedra, mi perra de origen suizo,
me recluí y no hablé con un peruano en seis meses.
Cuando los lagos de altura sean aeropuertos
y el ganado no pueda llamarle pan a la tierra
y los telares dejen de ser hilados mientras pace
sin sentido del tiempo, y gustándolo,
Cielo, muestra generosidad, perdónanos.
Nazcan de tu crucifixión restituciones.
Contesta con bondad, no destruyas a los peruanos abyectos.
No crearon ellos las praderas.

LOS NENÚFARES DE MONET

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