Barça y Amnistía Internacional. La Champions del 28 de mayo: el valor de los valores

¿Hace falta ser del Real Madrid para criticar al Barça? No, soy culé desde hace muchos años y ello no me priva de ver cosas que me gustan y otras que no me gustan en el club. Y simplemente porque soy culé, me permito criticar aquello que no me gusta del club, para que mejore, para que demuestre que realmente es ‘más que un club’.

El próximo 28 de mayo celebraremos dos grandes efemérides en tierras inglesas que tienen algo en común entre sí: el valor de los valores.

Por un lado celebraremos el 50 aniversario del nacimiento de una organización como Amnistía Internacional. El 28 de mayo de 2011 se cumplirán 50 años desde que el abogado Peter Benenson publicara el ya antológico artículo ‘The forgotten prisoners’ en el diario londinense The Observer.

Pero el día 28 también celebraremos la victoria del Barça en la Champions. Un Barça que enamora por su juego, un Barça que enamora por su humildad, un Barça que enamora por las formas de su entrenador, un Barça que intenta ser modelo para los jóvenes de este país, un Barça que intenta enamorar por sus ‘valores’…. Y aquí es donde quiero ir a parar: los valores del Barça.

El Barça dice que es ‘más que un club.’ Es cierto. Por eso tiene ciertas obligaciones morales y éticas que otros equipos no están obligados a tenerlas, simplemente porque no son el Barça. Que le hago el juego al Real Madrid, no es cierto. A mi sólo me importa el Barça y hablo de lo que me importa para mejorarlo. Es como si se criticara a Javier Marías, merengue rematado, porque critica el estilo barriobajero y chabacano de Mourinho.

Los clubes de fútbol y sus jugadores son un referente para los jóvenes y es más importante de lo que ellos se creen sus actitudes dentro y fuera del campo. Estamos en una época en el que, desgraciadamente, resurge la moda de escupir en todas partes. No entiendo por qué los jugadores de baloncesto no escupen y los de fútbol, sí.

El Barça con una mano tiene su Fundación y con la otra coge el dinero de Qatar donde los derechos humanos son violados sistemáticamente. Ver informe de AI sobre Qatar u otro artículo que escribí sobre el Barça y los derechos humanos.    

El Barça con una mano se preocupa por la igualdad de las mujeres como quedó patente el pasado 5 de marzo en el partido en el Nou Camp contra el Zaragoza, pero con la otra abraza a un país que no respeta los derechos fundamentales de las mujeres. Ver el informe de AI mencionado anteriormente o mi artículo sobre el Barça y las mujeres.

El Barça y algunos de sus jugadores hicieron en marzo una campaña junto con la UNESCO para luchar contra el racismo, hicieron multitud de declaraciones cuando a Etoo le gritaban ‘mono’ por los campos de fútbol por los que iba, y el pasado mes de febrero Dani Alves se quejó de ser insultado varias veces con el apelativo ‘mono’.

Ahora, que el Barça tiene la oportunidad de demostrar qué significa ser ‘más que un club’ ante el comentario racista de Busquets a Marcelo, el Barça esconde la cabeza debajo del ala y encima se burla de todos los culés que luchamos a favor de los derechos humanos y contra el racismo alegando que el jugador dijo ‘mucho morro’. ¡Qué vergüenza!

Si la ética de Guardiola desapareció en cuanto avaló a Qatar para el Barça y para que fuera la sede de la Copa Mundial de Fútbol de 2022, ¿qué pasa ahora? Esto es un tema de vestuario, es un tema del entrenador. ¿Qué han de pensar sus compañeros de vestuario como Alves, Keita o Abidal? ¿y los que hicieron el anuncio como Piqué o Messi?

Si un campo de fútbol es racista cuando llaman a Alves o a Etoo, mono, ¿por qué no lo es cuando el jugador del Barça, Busquets, se lo llama a Marcelo?

El día 28, ya lo he dicho al principio de este artículo, celebraremos dos grandes acontecimientos, la pena es que AI tenga que asociarse con la victoria del Barça por unas declaraciones racistas de un jugador que ni el club ni el entrenador han sabido denunciar.

La historia nos ha dado ejemplos de las consecuencias de mirar hacia otro lado. El poema de Martin Niemuller  ya nos avisó:

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.

Desde aquí, le pido al Barça que pida disculpas por la actitud del jugador y que introduzca una serie de charlas sobre derechos humanos y racismo en el currículum de los jugadores de la Masía. Esto sí que demostraría que es ‘más que un club’.