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martes, 24 de enero de 2012

Asesinos de pies - Contrabandistas de palabras (10/17)

Hace un par de siglos, Li Yu-chen inventó una China al revés. En su novela 'Flores en el espejo' había un país de las mujeres, donde ellas mandaban.
En la ficción, ellas eran ellos; y ellos, ellas. Los hombres, condenados a complacer a las mujeres, estaban obligados a las más diversas servidumbres. Entre otras humillaciones, debían aceptar que sus pies fueran atrofiados.
Nadie se tomó en serio esta posibilidad imposible. Y siguieron siendo los hombres quienes estrujaron los pies de las mujeres hasta convertirlos en algo así como patas de cabras.
Durante más de mil años, hasta bien entrado el siglo veinte, las normas de belleza prohibieron que el pie femenino creciera. En China se escribió, en el siglo nueve, la primera versión de la Cenicienta, donde cobró forma literaria la obsesión masculina por el pie femenino diminuto; y al mismo tiempo, año más, año menos, se impuso la costumbre de vendar, desde la infancia, los pies de las hijas.

Y no sólo por un ideal estético. Además, los pies atados ataban: eran un escudo de la virtud. Impidiendo que las mujeres de movieran libremente, evitaban que alguna escapada indecente pudiera poner en peligro el honor de la familia.

Espejos, Eduardo Galeano

Los pies de Yang Huanyi habían sido atrofiados en la infancia. A los tumbos caminó su vida. Murió en el otoño del año 2004, cuando estaba por cumplir un siglo.
Ella era la última conocedora del Nushu, el lenguaje secreto de las mujeres chinas.
Este código femenino venía de tiempos antiguos. Expulsadas del idioma masculino, que ellas no podían escribir, habían fundado su propio idioma, clandestino, prohibido a los hombres. Nacidas para ser analfabetas, habían inventado su propio alfabeto, hecho de signos que simulaban ser adornos y eran indescifrables para los ojos de sus amos.
Las mujeres dibujaban sus palabras en ropas y abanicos. Las manos que los bordaban no eran libres. Los signos, sí.

Espejos, Eduardo Galeano

Más info:

Padres chinos huyen a Estados Unidos salvando hijos concebidos “fuera del plan”


*No olvides a Xiao Rong Xhou 
¿Por qué esta entrada?
@jlregojo

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué historias Jose luis!
P.

Unknown dijo...

Muy interesante. Muchas veces, ejecutar las acciones al revés de cómo estamos acostumbrados nos hace reflexionar un momento mágico en el que nos evadimos voluntaria y agradablemente de la realidad.

(Véase la película "LOS OTROS", o la reciente serie que emitirán en una cadena de televisión sobre ¿qué pasaría si nadie muriese?).

Perceto complemento con mi entrada en otro blog: http://elblogdepeazodecock.blogspot.com/2009/01/pies-chinos-vendados.html

Dejame que te cuente dijo...

no es que sea una conocedora de este tema ni muchisimo menos...
pero por motivos personales... me emociona mucho las historias de estas mujeres....

si te apetece puedes leer algunos otras publicaciones sobre el mismo tema:
http://dejamequetecuente68.blogspot.com/2009/05/nu-shu.html


http://dejamequetecuente68.blogspot.com/2009/05/el-abanico-de-seda.html

encantada de leerte...
Abrazos desde el sur...
:-)

raquelsuma dijo...

Pues a mí esta historia me recuerda a las botitas que les ponen a los bebés para caminar mejor y a los tacones de aguja tan de moda en estos tiempos.
El dominio aquí en occidente no es tan explicito, pero es más eficaz por encubierto.

Anónimo dijo...

ines ha dejado un nuevo comentario en la entrada "PIES VENDADOS":
Vaya ficción! Pero no estaría mal... bueno, no sigo que me sale la vena feminista (Ja, ja)...pero cuando veo mis pies, creo que tambien yo fui victima de cierta tiranía...zapatos ajustados, tacones sin fin, ¿Y ahora que? Mira que le doy vueltas al asunto, ¿Ponerle unas tablillas a los dedos para que se enderecen? Un saludo José Luis