China producía hambres, pestes y sequías de nunca acabar.
Los llamados boxers, que empezaron siendo una sociedad secreta, querían restaurar la rota dignidad nacional expulsando a los extranjeros y a las iglesias cristianas.
-Si no llueve -decían-, por algo será. Las iglesias son capaces de embotellar el cielo.
Al fin del siglo, iniciaron desde el norte una rebelión que incendió los campos chinos y llegó hasta Pekín.
Entonces, ocho naciones, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia, Austria, Rusia, Japón y Estados Unidos, enviaron naves cargadas de soldados que restablecieron el orden decapitando todo lo que tenía cabeza.
Ante tanta información volátil e instantánea, quiero dejar espacio para la lenta reflexión. Aquí rescato a menudo noticias ya publicadas que merecen tener una segunda oportunidad. Es importante reflexionar y recordar. Os animo a participar utilizando la lengua de comunicación que os sea más cómoda. Blog con licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial. Por favor, cítame y enlázame si empleas contenido de esta web. (En twitter @jlregojo)
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domingo, 29 de enero de 2012
China servida en la mesa de Europa (15/17)

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